Los dueños del Restaurante La Marchigiana, uno de los más tradicionales de la ciudad de Mendoza, invitaron a sus principales proveedores a firmar un compromiso mutuo de respeto hacia valores éticos compartidos. Este acuerdo voluntario agrega valor a las empresas mediante el compromiso de asegurar la transparencia de sus negocios, la prohibición del trabajo infantil y del trabajo en negro.
Este Acuerdo de Ética entre el restaurante y sus proveedores (entre los que se encuentran 32 bodegas de vinos) demuestra la voluntad de las partes por explicitar los principios éticos que comparten en sus relaciones comerciales.
Algunos de los compromisos asumidos por las partes son:
* Anticorrupción y transparencia: En una apuesta concreta por lograr un país con menos corrupción, las partes señalan que deben “empezar por erradicarla del mundo de los negocios”, para lo cual se comprometen a prohibir expresamente la práctica de pagos o recibimientos irregulares que tengan como objetivo facilitar negocios e influenciar decisiones en beneficio personal y/o de la empresa (por ejemplo: pagos de corchos, pedido de regalos a cambio de la venta de un vino en particular, etc).
* Ámbito laboral: Reafirmando su creencia en la dignidad del trabajo, las partes afirman su voluntad de respetar la legislación que prohíbe el trabajo no registrado (trabajo en negro); promover el entrenamiento, capacitación y desarrollo del personal; prohibir el trabajo infantil dentro de sus empresas.
* Desarrollo sostenible: (el proceso que tiende a la satisfacción de las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades en el futuro). Porque entienden que para que Mendoza tenga un futuro mejor es necesario que todos los mendocinos tengan acceso a las oportunidades y no se ponga en riesgo el medio ambiente. El documento señala: “Sabiendo que un entorno empresarial socialmente responsable es una condición central para el desarrollo sostenible y reconociendo a las empresas como creadoras de riqueza, de empleos y propulsoras del desarrollo económico.
Nos comprometemos a:
- Involucrarnos en el acceso a la educación del personal y sus familias.
- Fomentar el consumo responsable de alcohol.
- Cumplir las normas medioambientales, de manera de no contaminar con los procesos industriales utilizados, y hacer un uso racional del agua.
- Trabajar con proveedores que adhieran a estos valores.
La Marchigiana y la RSE
Para Fernando Barbera, propietario de la cadena, “la Responsabilidad Social Empresaria es una forma de gestión estratégica y una oportunidad de hacer negocios que tiene en cuenta todos los públicos con los cuales se relaciona la empresa”. La compañía viene capitalizando diversas prácticas en el ámbito de la ciudadanía corporativa. Una de ellas es la Escuela de Emprendedores que desarrolla junto a la ONG Asociación Emprender Mendoza (ASEM), donde la firma cedió un terreno en comodato para que la iniciativa pueda llevarse a cabo.
Así, en la Finca “Ángel Barbera” de Los Corralitos, una propiedad de 30 hectáreas, se lleva a cabo ya hace tres años este proyecto que permite que alrededor de quince familias desocupadas del barrio San Martín de la ciudad de Mendoza, tengan una fuente de trabajo.
La labor de la Escuela de Emprendedores de ASEM se asienta en un modelo de economía alternativa, donde las necesidades se resuelven entre todos, a través de la integración de los microemprendedores. Por eso, este espacio productivo rompe con los paradigmas impuestos ya que los valores no pasan por las ganancias sino por el trabajo solidario y colectivo. De allí que la primera regla es la cooperación.
En el terreno de la finca se cultivan diferentes productos tales como tomates, miel y otras elaboraciones naturales. Además de estas actividades, surgieron –a partir de este proceso- otros emprendimientos urbanos, como la venta de viandas, dulces y prepizzas. Justamente, parte de estos productos son comprados como insumo interno por el restaurante La Marchigiana con lo que se asegura, posteriormente, la provisión de productos ecológicos.
Asimismo, en su compromiso por cuidar el medio ambiente, la compañía concientiza y capacita a sus empleados en el manejo del agua y los detergentes.
Esta empresa gastronómica entiende la responsabilidad social empresaria como una gestión estratégica que contempla a todo el público con el que se relaciona. Por eso decidió involucrarse en la lucha contra la desnutrición infantil.
“Elegimos la defensa del derecho de alimentación de los niños porque nuestra empresa está en el rubro de la alimentación. Entre otras cosas, colaboramos con CONIN en la construcción de centros de recuperación de niños desnutridos”, comenta Barbera.
Además tienen un programa de voluntariado que consiste en dictar cursos de cocina y de mesero para jóvenes desocupados, por parte del personal del restaurant en horario laboral, mientras que la empresa aporta la materia prima. Más información en el site de La Marchigiana: www.marchigiana.com.ar
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